Sumario: | La pandemia del coronavirus interrumpió una ola histórica de movimientos sociales y protestas cívicas que marcó el año 2019. El confinamiento puso fin a las marchas masivas y el enfoque sobre la pandemia volvió a poner al Estado y a los gobiernos en un papel central para la gestión de esta situación, un mensaje reiterado cotidianamente en los medios de comunicación. Se esperaba entonces en el mejor de los casos un período de latencia para los movimientos sociales, un tiempo entre dos fases activas donde los militantes regresan a sus vidas privadas y esperan a que las reglas del confinamiento se vuelvan más laxas para volver a las calles, algo que hicieron desde finales de mayo de 2020.
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