Sumario: | Pasados más de 30 años desde el fin de la dictadura cívico-militar, pocas investigaciones han abordado el rol que la categoría de víctima ha asumido en las estrategias que el Estado chileno puso en marcha desde 1990 en adelante para abordar las violaciones a derechos humanos acaecidas entre 1973 y 1990. A partir del análisis documental y etnográfico de las políticas de reparación simbólica y de las normativas asociadas con programas de beneficios sociales y sanitarios, este artículo explora la forma en que el Estado chileno ha administrado las violaciones a derechos humanos, la tortura y la desaparición, basán- dose en dos principios: la narrativa de la victimización y la adopción de una perspectiva individualizada en el abordaje del trauma.
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