Sumario: | El autor sostiene que la crisis económica que estalló a mediados del 2008 en los países industrializados
y que rápidamente contagió a todas las economías del mundo, no tiene un origen
exclusivo en las desregulaciones del mercado financiero. Aunque estas sin duda han precipitado
y amplificado la crisis, es fundamental considerar la globalización financiera y comercial que ha
marcado los regímenes de crecimiento económico. Es esta globalización la que ha provocado la
deslocalización de la producción en favor de China– y una consecuente pérdida de empleos y
atonía de los salarios. Desde esta perspectiva terminar la crisis requerirá más que una restructuración
de la arquitectura financiera, será necesario modificar la desregularización financiera y
comercial.
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