Sumario: | La globalización definitiva del capitalismo, con nuevos actores emergentes y roles geopolíticos, debilitó la autocomprensión de América Latina como parte de la antigua periferia. Ahora afronta los mismos desafíos más otros nuevos. La crisis del tradicional multilateralismo nacido en la posguerra generó ámbitos como el G20, una mesa de intereses en la que Latinoamérica participa y expresa la complejidad de un mundo con múltiples relaciones centro-periferia. Así, la dinámica transición mundial le abre también a la región la oportunidad de reencontrarse con estrategias regionales propias y de tejer nuevas coaliciones de interés a nivel global. Si acierta, América Latina puede saltar desde su actual subdesarrollo directamente al siglo XXI, sin forzar la búsqueda del
noble ideal de integración que tanto la obsesionó.
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