Sumario: | Bajo los efectos de la posmodernidad y de la desestructuración social y familiar correlativa, la construcción identitaria del sujeto se ha complicado y la adolescencia se ha transformado en una etapa de la vida muy difícil de transitar y superar, a falta de un ideal de vida y de referencias éticas estructurantes. Para los jóvenes de la marginalidad, esta situación es más compleja aun por las múltiples carencias no sólo materiales sino psicológicas, educativas y culturales que viven. El empujo al actuar, típico de este momento, les lleva a cometer trasgresiones delincuenciales muy graves. La única manera de revertir su destino criminal sería crear políticas de inclusión sociocultural dentro de una nueva institucionalidad simbólica.
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