Sumario: | El escenario de fin de siglo, a diferencia de otros hitos precedentes del desarrollo de la humanidad, es esencialmente inestable, inevitablemente cambiante. Lo que para muchos es un cambio de civilizaciones, la cuarta edad de las máquinas o la tercera revolución industrial tiene como ejes generadores: un proceso intenso, aunque todavía imperfecto, de globalización o mundialización de mercados, cada vez más relacionados con los conocimientos y las tecnologías y una verdadera revolución del desarrollo científico y tecnológico resultado de la aplicación de la informática en los sistemas de producción y en cada espacio de la vida cotidiana. Revolución, esta última, que tiene como consecuencia un conjunto amplio y diverso de transformaciones en la cultura, en las formas de ser y actuar individuales y colectivas de los seres humanos, tan profundas como las que siguieron al descubrimiento de la rueda, la máquina de vapor o el automóvil.
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