Sumario: | La interculturalidad se ha convertido en un paradigma que orienta la política de estados, partidos y movimientos sociales y atraviesa diferentes aspectos de la vidasocial. Desde sus orígenes en los años setenta en América Latina, la interculturalidad se ha expandido en los ámbitos de la educación, la justicia, la comunicación, las artes, la salud, entre otros. Los últimos años han sido testigos de numerosas reflexiones sobre el concepto mismo de interculturalidad, sus relaciones con conceptos asociados, más no equivalentes, como multiculturalidad, pluriculturalidad o plurinacionalidad, pero también sobre los peligros que encierra una aplicación ingenua del concepto sin un cuestionamiento profundo de las estructuras de dominación de nuestras sociedades. En la misma línea, los debates sobre interculturalidad han asumido con demasiada frecuencia que se trata de un estado de cosas y no de un proyecto por construir, o bien de aquello que tiene que ver única y exclusivamente con aspectos étnicos. Una renovada discusión sobre la interculturalidad exige, por lo tanto, un giro que tome en cuenta su carácter dinámico de construcción y promueva una visión crítica sobre los alcances de los procesos interculturales en marcha en la región, a más de reflexionar no sólo sobre el qué de la interculturalidad, sino especialmente sobre el cómo de su construcción.
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