Sumario: | La pandemia en curso ha puesto en riesgo la seguridad alimentaria y nutricional de millones de personas en Latinoamérica y el Caribe. Algunas de las medidas que los países de la región han tomado
para intentar frenar la propagación del virus, como el cierre de puertos (aéreos y marítimos), las
restricciones al libre desplazamiento y el distanciamiento físico, han afectado el funcionamiento
normal de los sistemas alimentarios. Estas interrupciones en los eslabones de la cadena de valor del sistema agroalimentario han
tenido como uno de sus resultados mayores pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA).
Aún no estamos en condiciones de decir cuándo disminuirá la tasa de contagios y menos
de indicar cuándo recobraremos la normalidad. Semejante incertidumbre hace imperativo
analizar de qué maneras las pérdidas y desperdicios de alimentos afectan los sistemas
alimentarios. Solo así podremos, en un segundo momento, diseñar políticas que permitan
prevenirlas y reducir su impacto. En ese sentido, por ejemplo, en aquellos casos en los que
no sea posible evitar la existencia de excedentes que no se pueden comercializar, se deben
tomar las medidas necesarias para facilitar su recuperación y distribución, idealmente entre
las poblaciones más vulnerables.
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