Sumario: | En Septiembre de 2012 el Gobierno Colombiano, en cabeza del Presidente de la República Juan Manuel Santos, anunció el inicio de conversaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el objetivo de buscar una salida política y negociada al conflicto armado. La noticia fue sorpresiva, toda vez que la posibilidad de un acercamiento entre el grupo insurgente y la institucionalidad se planteaba como algo más bien lejano. Pese a esto, y en contra de todo pronóstico, hoy día y sin un cese bilateral del fuego, las conversaciones se suceden en La Habana Cuba sobre la base de la firma, por ambas partes, del denominado Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera y en el que se contemplan algunos “mínimos” sobre los cuales las conversaciones han tenido, tienen y esperan continuar manteniendo desarrollo. Los temas sobre los cuales este acercamiento ha avanzado es ya bastante conocido por la opinión pública; a saber: política de desarrollo agrario integral, participación política, fin del conflicto, garantías de seguridad, solución al problema de las drogas ilícitas, víctimas e implementación, verificación y refrendación. Sobre el primero de estos puntos ya ha habido acuerdos; sin embargo, la totalidad de los mismos (y de la agenda en su conjunto) sólo se conocerán hacia el final del proceso pues, como lo ha señalado el mismo Presidente Santos: “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Voces en pro y en contra del proceso no se han hecho esperar a medida que este avanza; e independiente de los resultados últimos que se obtengan, lo cierto es que la oportunidad por la que atraviesa el país para pensarse sobre algunos de sus temas estructurales es ahora más oportuna que nunca. La negociación, sin embargo, se está dando únicamente con una de las fuerzas insurgentes hoy persistentes, y la posibilidad de incorporar o abrir un escenario de conversaciones futuro con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) es más bien tímido aunque no del todo descartable. Bajo este contexto, el Instituto para la Pedagogía, la Paz y el Conflicto Urbano, IPAZUD, entrevistó a Carlos Velandia (mejor conocido como Felipe Torres), Excombatiente del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y quien contó en su momento con cargos de dirección en la agrupación durante la lucha clandestina. Este hombre dedicado hoy a la investigación por la paz y a la promoción de la misma, presenta en esta entrevista aspectos de su vida personal así como un balance general sobre las conversaciones entre el gobierno colombiano con las FARC, la situación “excepcional en la que nos encontramos hoy en día, así como un análisis sobre la agenda en curso y las limitaciones e implicaciones que tiene un proceso de paz en Colombia sin contar con la participación del ELN. Si bien la opinión de este excombatiente no representa la posición oficial de la agrupación armada, sí da cuenta de algunos elementos interesantes en materia de construcción de paz por parte de una persona quien conoció y estuvo por dentro de la lucha armada, tanto en sus aspectos logístico-operativos, como en sus planteamientos ideológicos.
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