Sumario: | Para las últimas semanas del año 2020, ya se cumplían 12 meses de los primeros casos documentados de Sars-CoV-2 en Wuhan (China), un virus que doblegó la economía y también las diferentes formas de concebir la vida tal como la conocíamos: obligó a la humanidad a buscar y encontrar nuevas formas de habitar un espacio que cada vez se hizo más reducido, y a identificar nuevos conductos para la cohabitación. Para nuestra suerte, este proceso de adaptación contó con los avances tecnológicos de la virtualidad, consolidada hoy en día como el canal por el cual la mayoría de la población continua su vida en la llamada nueva normalidad.
El trabajo, el estudio y las relaciones interpersonales se declinaron por caminos que sólo habían sido posibles en obras de ficción y que, aunque hacían parte del imaginario colectivo de la humanidad, para ese momento no eran más que fantasía y por tanto eran imposibles en el mundo real. Sin embargo, la Covid 19 evidenció tantos y tan variados problemas por atender para la especie humana que sin duda representará una coyuntura en la historia y en la manera en la que somos y existimos en este planeta.
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