Sumario: | Han pasado 50 años desde la muerte del cura guerrillero,Camilo Torres Restrepo. Sobreviene el hecho enuna emboscada casi anodina, Patio Cemento, un lugar dela cordillera santandereana.Había en ese combate algo supremamente trivial y, a lavez, trágicamente grandioso. Era el final de una vida en laque se habían adivinado las marcas que trazaban un destino;y un destino que empujaba al sacrificio: como si el aurade un sino sacrificial la hubiera envuelto desde siempre.El mismo era un oficiante de sacrificios. Se había decididopor el sacerdocio, después de ensayar con las leyes. Y yase sabe: el poder eminente del sacerdote es el de ejercer ycontrolar el sacrificio religioso; ese sacrificio que reproducela muerte de Jesucristo, quien al encuentro de la traiciónque lo acecha tiene que jugar el papel del inocente que seofrece como víctima.
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