Sumario: | La frontera agrícola en el Paraguay y el itinerario de los miles de campesinos que enfrentaron al monte con la ilusión de una tierra para comer y vivir con dignidad, es en realidad el tema de este trabajo. Hemos conocido el Alto Paraná y sus alrededores, recién cuando la historia (ésta parte de la historia) se estaba acabando. En 1979 poco más o menos, prácticamente no quedaban tierras sin dueños en estas regiones; quedaba sí mucha gente que vive de la tierra, sin tierra. Ellos, para ser más exactos, empezaron a ser cada vez más numerosos, una vez que hubieron cumplido el ciclo de limpiar el monte para el capital. La ocupación de ese espacio densamente verde y grande, fue en el Paraguay muy rápida; seis o siete años bastaron para transformar la selva en sojales y pasturas, para transformar el humus en grietas de erosión, la ausencia de límites fundiarios por nuevos capangas y elegantes alambradas.
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