Sumario: | El Chile clausurado por el brutal quiebre de 1973 ha sido víctima de dos cautivantes narrativas que influyeron, tanto sobre la política como sobre las interpretaciones históricas y sociológicas: la narrativa del Estado fuerte, obviamente autoritario, y la narrativa de la democracia. Más allá de algunos señalamientos acertados, ambas narrativas han contribuido a hacernos perder de vista los rasgos centrales de la dominación social y política en Chile y cómo esta se redefinió y transformó en una serie de coyunturas críticas a lo largo del siglo XX, asegurando así su mantenimiento, a pesar de los desafíos que enfrentó. La dominación, como veremos, se reprodujo precisamente descansando en la gestación y reproducción de atributos opuestos a los sostenidos por las narrativas convencionales. En otras palabras, la dominación social y económica se consolidó en el siglo XX al debilitarse el Estado y al negarse la democracia.
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