De las prácticas de si a la ofrenda de si – En las trillas de la formación humana

Este trabajo se propone oír una melodía presente en la vida de todos nosotros y traducida frecuentemente en las expresiones “se me canta” o “eso nada me dice”. Seguimos la “trilla sonora” de estas palabras, poniéndonos a la escucha de lo que ellas “cantan” en su llamado y convocación o guardan en su...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor principal: Verónica Pascucci, Maria
Formato:
Lenguaje:Español
Publicado: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación - Universidad de la República 2014
Acceso en línea:http://www.fermentario.fhuce.edu.uy/index.php/fermentario/article/view/167
http://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/handle/CLACSO/46495
Descripción
Sumario:Este trabajo se propone oír una melodía presente en la vida de todos nosotros y traducida frecuentemente en las expresiones “se me canta” o “eso nada me dice”. Seguimos la “trilla sonora” de estas palabras, poniéndonos a la escucha de lo que ellas “cantan” en su llamado y convocación o guardan en su silencio. Tomamos como referencia el pensamiento de Martin Heidegger para quien, aquello que canta, llama y convoca está ligado a la Stimmung, palabra traducida como ‘tonalidad emotiva’ o como ‘disposición afectiva’ o además, como ‘modo existencial fundamental’. Así, este texto se sostiene en la idea de que todas las relaciones están determinadas por un modo de ser afinado en una tonalidad determinada, la que da el tono, el cómo y el modo de su ser. Entre todas las relaciones, la relación hombre-ser es, quizás, la más grandiosa y la más ignorada en los tiempos actuales. Ubicados en el abierto del ‘claro’, ser y hombre resuenan, se revelan, se donan. Al amalgamarse en mutua ofrenda, voz y llamamiento pueden transformarse en luz, revelación o palabra-guía de la vida. La esfera en la que el hombre está a la escucha del ser y en la cual el ser se des-pliega brindándose en plenitud de mutuo pertenecer, esa es la patria, la casa del hombre. En esa morada desaparece la dualidad hombre-ser, hay tan sólo el acto puro de amor supremo que se da, revelándose como Verbo iniciador, Palabra de fuego escuchada en el Silencio, reconocida en el Encuentro, pronunciada en el Compromiso. Palabras-llave: Disposición afectiva. Llamamiento del ser. Ofrenda.