Crónicas de una violencia crónica

En un corpus de crónicas escritas por Martín Caparrós, en su recorrido por El interior (2006) del país y específicamente por las fronteras del noreste y noroeste argentino, el trabajo se propone, en el marco del Proyecto de Investigación: “Mapas de la violencia: filosofía, teoría literaria, arte y l...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor principal: Crotti, Norma Edith
Formato: info:eu-repo/semantics/conferenceObject
Lenguaje:Español
Publicado: Universidad Nacional del Sur. Departamento de Humanidades. 2009
Materias:
Acceso en línea:http://repositoriodigital.uns.edu.ar/handle/123456789/2778
http://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/handle/CLACSO/32624
Descripción
Sumario:En un corpus de crónicas escritas por Martín Caparrós, en su recorrido por El interior (2006) del país y específicamente por las fronteras del noreste y noroeste argentino, el trabajo se propone, en el marco del Proyecto de Investigación: “Mapas de la violencia: filosofía, teoría literaria, arte y literatura”, indagar en los modos de representación de la herencia de actos fundadores extremadamente violentos, humillación de unos y celebración de otros (Ricoeur, 2004 [2000]), legitimados en el proceso de colonización; des-cubrir los dispositivos de construcción de la narración de ese legado que se perpetúa, sin beneficios, en el nuevo orden instituido por un estado que al fundar derecho funda poder y en ese sentido, acto de manifestación inmediata de violencia (Benjamin, 1991 [1972]). En la confrontación con el colonizador, con el “otro”, el colonizado perdió parcial o totalmente sus orígenes identitarios. El avasallamiento y la dominación le dejaron heridas que se profundizaron a causa de la negligencia y el abandono de un estado que, en lugar de restañarlas reivindicando sus derechos, contribuyó a intensificar su exclusión y a fragilizar la identificación colectiva favoreciendo conflictos y tensiones entre culturas particularmente en las zonas de frontera, ámbitos de violencia “extrema” constitutivos de esa condición de existencia (Balibar, (2005) [1997]. La violencia engendrada en la colonización que llevó a la deshumanización (Memmi, 1973 [1966] y Fanon, 2007 [1961]) y a la extirpación de la propia lengua del colonizado, subsiste en la agresión recurrente de un modelo social que articula discriminación, desamparo, desocupación, desintegración. Frente a esa violencia casi silenciosa, se agiganta la extrema necesidad de una casi no-vida que se traduce en resignación o en una resistencia que no busca constituirse en una contraviolencia institucional. Frente al zarpazo de la colonización que intentó liquidar unas tradiciones e imponer otras, que intervino en el proceso de identificación, deconstruyendo identidades primarias y generando identidades ambiguas (Balibar, 2005 [1997]), y al nuevo orden social instituido que arrasó el anterior y consolidó la marginalidad, la pobreza, la exclusión y la enajenación cultural, el cronista intenta “contar el país” a partir del viaje “como ejercicio de la escucha” y del juego con la palabra que, privilegiando la referencia o abriéndose a la significancia, balanceándose entre la denuncia y la ficcionalización, construye un espacio de escritura en el que se entretejen gestos y voces recuperados en un relato “por delegación” (Agamben, 2000).