La especificidad de los materiales didácticos: su contribución a la construcción colaborativa de narraciones transmedia

El presente trabajo no pretende ser una guía detallada con respuestas a estas cuestiones (no es su principal finalidad); pero sí una contribución más (de las muchas que hay) a la comunidad educativa de nivel medio, en su afán de enseñar más y mejor (ahora con tecnologías digitales). Estamos entonc...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: González Angeletti, Valeria Carolina
Otros Autores: Villanueva, María de los Ángeles
Formato: Tesis Maestría
Lenguaje:Español
Publicado: 2019
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/11086/12841
http://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/handle/CLACSO/24218
Descripción
Sumario:El presente trabajo no pretende ser una guía detallada con respuestas a estas cuestiones (no es su principal finalidad); pero sí una contribución más (de las muchas que hay) a la comunidad educativa de nivel medio, en su afán de enseñar más y mejor (ahora con tecnologías digitales). Estamos entonces, ante un cambio en las herramientas, recursos, usos... y la modalidad misma de enseñanza. Las instituciones educativas superiores, comenzaron hace poco más de veinte años a incorporar plataformas virtuales a su modalidad de clases presenciales. Gradualmente se fueron definiendo las características específicas y la planificación sistemática de esta articulación. Además, el nivel secundario o nivel medio de gestión privada, registra desde la década del 80´ algunas experiencias aisladas de incorporación de recursos digitales en los procesos de enseñanza y aprendizaje; mientras que la gestión pública comenzó a experimentar esta modalidad con la implementación del programa "Conectar Igualdad" en el año 2010, incluido paulatinamente en todas las escuelas públicas del país. Más allá de estos antecedentes, un punto importante a la hora de planificar nuestras clases con TIC, es ante qué modalidad de cursado nos enfrentamos. Como se planteara con anterioridad, la bimodalidad comenzó a ser utilizada en las instituciones universitarias ya hace tiempo. Luego, con la creación de los campus virtuales (entornos virtuales de aprendizaje más complejos); surgieron las carreras a distancia11. Un gran esfuerzo ha sido (y está siendo) en todos los niveles y modalidades, la transición de prácticas pedagógicas habituales (ahora con TIC, pero con la misma vieja estructura), a prácticas propias de las nuevas modalidades. Es común encontrar en centros de educación media, una utilización de la tecnología como "Apoyo de Aula" o "Ayudas Audiovisuales" (Bates, 2001); que mejoran los métodos docentes básicos, pero que en ningún caso los reemplazan. Un ejemplo de esto es la implementación (con sólo una capacitación instrumental y no pedagógica a los docentes); de tablets, notebooks o pizarras digitales (PDI) en algunas instituciones públicas y privadas. Aquí es importante aclarar que la tecnología con la que contemos en nuestros ámbitos educativos (que puede ser desde la más precaria, hasta la más sofisticada); poco aporta si sólo la utilizamos como un nuevo canal de transmisión de información o presentaciones bonitas. Ante el cambio paradigmático, que es el desafío al que nos interpela la cultura digital, es necesario darle el valor justo a la tecnología (el medio); y enfatizar el hecho de que esas potentes y nuevas herramientas son instrumentos que nos ayudarán a generar nuevos ambientes de aprendizaje, vinculados a la construcción y democratización social del conocimiento. Lo que intentamos hacer en las escuelas secundarias entonces, es complementar nuestras clases presenciales con nuevas e innovadoras prácticas mediadas por TIC. El concepto mismo de aula se distorsiona, se agranda, se vuelve multimodal. En ella caben los alumnos, profesores, contenidos, instrumentos... pero también espacios virtuales de enseñanza y aprendizaje, construcción y comunicación; donde los límites ya no son materiales (paredes), sino espacios integrales, discursivos y sociales.