Sumario: | Vale la pena recordar que el fútbol no se puede reducir a la simplicidad obtusa que lo considera opio del pueblo; tampoco porta una esencia evangelizadora, ni alienadora, ni salvacionista o saludable por naturaleza. Como cientistas sociales, hemos manifestado (y lo volvemos a hacer esta vez) que la función o valor social del deporte en general, y del fútbol en particular, dependerá del interés con el que se promueva en la sociedad. Mientras hemos estado analizando, comentando, sintiendo, pensando y gozando-sufriendo de este evento, nos parece prudente preguntarnos ¿Qué rol está jugando Latinoamérica en esta industria caníbal? ¿Cuáles versiones del deporte nos interesa promover y registrar? ¿Cómo las ciencias sociales críticas estudiarán-transformarán esta práctica que cada vez se masifica siguiendo valores conservadores?¿Qué canales de comunicación merecemos mantener y promover para no olvidar las prácticas corporales y deportivas populares?
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