Sumario: | Si hubiera que expresar en escasas palabras cuál es la contribución teórica más importante de Hinkelammert, está claro que el concepto fundamental es el de “humanismo”. Su filosofía plantea la permanente tensión entre el sujeto vivo, como fuente de resistencia y de creatividad humanas, y los productos de su trabajo, el mundo de objetivaciones creadas por ese sujeto y luego enfrentadas a él como mecanismos autónomos. En el marco de esa tensión, imposible de abolir (pues es expresión de las condición humana misma), la prioridad la detenta siempre la vida; no la vida individual −pues ésta, tomada en sí misma, es una abstracción que no existe separada del conjunto de condiciones que la hacen posible−, sino la vida de todos y todas, incluida la naturaleza. Por eso parece ajustado resumir esa contribución en la propuesta de un universalismo ético y político de carácter material, esto es: acorde a la condición de un ser humano real, que está corporalmente unido a sus semejantes y a la naturaleza al punto de que no puede vivir sin ellos. De allí que el lema de su filosofía sea “asesinato es suicidio”, tres palabras sencillas, en las que se sintetiza su densa concepción del sujeto. Del Prólogo de estela Fernández Nadal
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