Sumario: | El imperialismo de hoy no es el mismo de hace treinta años . Ha cambiado, pero no se ha transformado en su contrario, como nos propone la mistificación neoliberal, dando lugara a una economía "global" donde todos somos "interdependientes". Sigue existiendo y oprimiendo a pueblos y naciones, y sembrando a su paso dolor, destrucción y muerte. Pese a los cambios conserva su identidad y estructura, y sigue desempeñando su función histórica en la lógicade la acumulación mundial del capital. Sus mutaciones, su volátil y peligrosa mezcla de persistencia e innovación, requieren la construcción de un nuevo abordaje que nos permita capar su naturaleza actual. Los atributos fundamentales del imperialismo señalados por los autores clásicos en tiempos de la Primera Guerra Mundial siguen vigentes toda vez que éste no es un rasgo accesorio ni una política perseguida por algunos estados sino a una nueva etapa en el desarrollo del capitalismo, signada hoy por la concentración del capital, el abrumador predominio de los monopolios el acrecentado papel del capital financiero, la exportación de capitales y el reparto del mundo en distrinas "esferas de influencias". La aceleración del proceso de mundialización acontecida en el últmio cuarto de siglo, lejos de atenuar o disolver las estructuras que definen la inserción delos distintos países en ella. La globalización consolidó la dominación imperialista y profundizó la usmisión de los capitalismos periféricos, cada vez más incapcaes de ejercer un mínimo de control sobre ss procesos económico domésticos. Esta continuidad de los parámetros fundamenteales del imperialsmo -no necesariamente de s fenomenología- es ignorada en la obra de Hardt y Negri, y el nombre de tal negación es lo que ellos han denominado "imperio". Pretendemos con este libro demostrar que, así como las murallas de Jericó no se derrumbaron ante el sonido de las trompetas de Josué y los sacedotes, la realidad del imperialismo tampoco se desvanee ante las fantasías de los filósofos.
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