Sumario: | El pensamiento de Rodríguez representa el inicio de una tradición radical del pensamiento latinoamericano que pone el centro de su reflexión en el problema de cómo garantizar el sostenimiento de la vida de los sectores sociales más desprotegidos en América. Su filosofía tiene un marcado carácter materialista, y desde el punto de vista político apunta a la radicalización del programa de las independencias por medio de la realización de una revolución económica. Sus propuestas pedagógicas vinculan el cuidado de la infancia con la construcción de sociabilidades emancipadoras que harían a los niños capaces de gobernar su propia vida sin pedirle permiso a grupos y personas que los dominan. Rodríguez fue un pensador antirracista, y uno de los primeros en defender la composición pluriétnica del mundo americano. Su comprensión de las bases materiales de la libertad lo ubican en un lugar distinto al del liberalismo doctrinario, que tanta suerte tuvo en América. Rodríguez fue, además, uno de los primeros críticos del privilegio letrado en las tareas de representación estética y política del “pueblo”, y un filósofotipógrafo que intentó construir un lenguaje que “pintaba las páginas” a través de juegos tipográficos, llaves y diagramas que querían dibujar el movimiento del pensamiento, así como transmitir el movimiento del cuerpo.
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