Sumario: | En estos días en que el Presidente Felipe Calderón visita el vecino país del norte, nos disponemos a analizar cuál será el futuro de las relaciones bilaterales entre ambos países. Para tal labor, tenemos en cabina a dos especialistas: Antonio López Mijares, Doctor en Estudios Científico-Sociales por el ITESO, y Arturo Santa Cruz, Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Cornell, Estados Unidos. En nuestro país, las conciencias de los responsables de manejar la política exterior, parecen satisfechas con la mera emisión de declaraciones que al final no se concretan en planes o acciones coherentes. ¿Es que la diplomacia mexicana ha dejado de lado el problema migratorio? Desde este lado ¿Qué nos toca hacer para propiciar una agenda migratoria favorable a los intereses de los trabajadores mexicanos que radican en los Estados Unidos? Ambos invitados afirman que el fenómeno migratorio es una cuestión estructural que ha sido parte de la agenda de relación bilateral por décadas, es decir, que la migración es inherente a las relaciones bilaterales. Sin embargo, la diplomacia mexicana no tiene un amplio margen de maniobra, se negocia de acuerdo a una agenda establecida, la cual la propone el país más poderoso, y en nuestro caso, la relación entre ambos países resulta ser interdependiente pero asimétrica. ¿Cómo hacer entonces que México y Estados Unidos tengan una relación cualitativamente distinta a partir de los factores existentes?
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