Sumario: | ¿Quién podría estar interesado en mantener a millones de personas en la pobreza? El sentido común suele invitarnos a pensar que la pobreza perdura por causas no intencionales, una concepción muy cómoda para quienes controlan las estructuras de poder. En última instancia, al concebir la pobreza como una ocurrencia espontánea no atribuible a ningún grupo o persona en particular, las políticas públicas pueden ser presentadas como intervenciones “neutrales” motivadas por consideraciones humanistas o técnicas. Utilizando esta fórmula para justificar sus propuestas, los gobiernos, las instituciones multilaterales o las empresas transnacionales logran presentarse como agentes alturistas cuyo interés primario es eliminar la pobreza, no producirla. Esta es la versión hegemónica de la historia de “la comunidad internacional” y sus esfuerzos por “un mundo sin pobreza”. Y así comienza la “naturalización” de la pobreza, el principio semiótico para una infinidad de fantasías. Para contribuir a desabaratarlas, este libro investiga los vínculos entre las políticas para la gobernanza del agua y la producción de pobreza en Cotopaxi, una provincia con población predominantemente rural e indígena ubicada en los Andes ecuatorianos. Después de presentar la visión del neoliberalismo institucionalista sobre los nexos entre la liberalización del comercio exterior, el fortalecimiento del mercado y el bienestar de los pobres, se emplean los resultados de investigaciones empíricas para evidenciar que la miseria ecuatoriana no resulta del distanciamiento cultural o espacial de los pobres con respecto a los mercados. Tampoco es una consecuencia de derechos de propiedad difusos o de la ausencia de instituciones para defendernos.
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