Sumario: | La confrontación entre el Estado boliviano y los movimientos sociales dieron como resultado una serie de levantamientos populares, que produjeron el debilitamiento político del sistema de partidos y la deslegitimación de la clase política dirigente hacia el año 2002-2003. Sin embargo, la ruptura del sistema político en Bolivia y la inauguración de una nueva forma de quehacer político en el país tras la elección de Evo Morales, no terminaron con la violencia social, sino que produjeron una transformación en su ejercicio. Esta investigación pretende analizar cómo de la violencia social que caracterizó el periodo preliminar al ascenso de Morales, se ha dado paso a la imposición de un nuevo modelo de Estado que, si bien controla el desbande de los movimientos sociales, aún no logra contener los abusos de poder en el país. Nuestra hipótesis es que a partir de las promesas de campaña, de suyo sensibles para el país, se ha conformado la base de esta transformación política del Estado, en la cual se ha pasado de la violencia social a la imposición estatal. En ese sentido, el mejor ejemplo de ello se verifica en la política adoptada hacia los hidrocarburos.
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