Sumario: | Actualmente existen importantes interrogantes no resueltas y fuertes cuestionamientos en torno a la viabilidad efectiva de los modelos económicos socialistas en el contexto global del siglo XXI. Con la caída de la mayor parte de los socialismos reales existentes a fines del siglo pasado también desaparecieron las numerosas alianzas estratégicas y las sólidas relaciones comerciales establecidas con los más fuertes países que servían de soporte al sistema, especialmente aquellos pertenecientes al Pacto de Varsovia, obligando a muchas naciones en vías de desarrollo a realizar radicales reformas estructurales. Sin embargo, Cuba es uno de los pocos países que, manteniendo hasta el día de hoy su propuesta económica socialista, no sólo ha logrado superar las terribles dificultades iniciales del derrumbe del bloque soviético sino que, además, viene alcanzando en los últimos años importantes niveles de autosostenibilidad y crecimiento significativo en varios sectores de su economía. Esto a pesar del criminal bloqueo impuesto por Estados Unidos de Norteamérica desde hace más de cincuenta años. Uno de los pilares del modelo socioeconómico cubano es su Sistema Nacional de Salud, realmente paradigmático. Dicho sistema, además de haber alcanzado niveles extraordinarios en los principales indicadores de salud para la sociedad cubana, ha desarrollado una potente industria biotecnológica que genera elevados ingresos al país gracias a sus crecientes exportaciones. Cuba también exporta servicios médicos. Sus profesionales de la salud están actualmente prestando atención especializada remunerada en diversos países en tal dimensión que este tipo de servicios se han convertido en la principal fuente de ingreso de divisas para el país. Gracias a ello, se están sentando las bases de una auténtica economía del conocimiento en la isla, basada en la enorme capacidad de sus recursos humanos.
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