En varias ocasiones de este trabajo se ha destacado la falta de herramientas teóricas para explicar el papel de la energía dentro de las relaciones internacionales. La energía se presenta como un recurso que tiene implicaciones multidimensionales dentro de la economía y la política. Por una parte el suministro de energía, en especial el petróleo depende cada vez más de un mercado que puede considerarse como globalizado, y oligopólico dado el limitado número de oferentes y la concentración de reservas y producción en determinadas regiones del planeta; un mercado en donde existen compromisos políticos implícitos y explícitos para garantizar por una parte el suministro de petróleo a los principales consumidores y por otra parte la estabilidad de los precios cuya incidencia sobre el mercado internacional y las estructuras económicas internas de cada país resultan ser determinantes. De allí que resulte importante un análisis del concepto de seguridad energética desde el campo de la gobernanza donde puede entenderse la actuación de los diferentes actores internos, internacionales y del Estado dentro de un sistema internacional globalizado, en donde conceptos como hegemonía o régimen se difuminan ante la interacción de fuerzas centralizadoras y descentralizadoras que operan bajo niveles múltiples y actúan en forma combinada en áreas como, desarrollo económico, sostenibilidad ecológica, energía y seguridad. En este texto se presenta un análisis y comparación de la política energética venezolana anterior a 1989 y posterior a ese año. En esta tarea se toma en cuenta la influencia que los actores internos y el contexto internacional ejercen sobre el Estado y la institucionalidad en materia energética, así como los efectos que el denominado como "nuevo paradigma energético" tienen sobre la formulación de las políticas energéticas venezolanas y la estrategia venezolana para enfrentar la concepción norteamericana de seguridad energética.