“La década de los años sesenta se abre en el Ecuador con una crisis orgánica generalizada: la matriz de acumulaci6n capitalista a nivel nacional, cuyo eje motriz se había constituido en base a la exportación de productos tropicales, parece haber alcanzado entonces los límites de su posible desarrollo histórico. Al mismo tiempo, y de manera aparentemente contradictoria, el desarrollo capitalista logrado en las décadas anteriores, y en particular a partir de fines de los años 40, acarreó modificaciones importantes de las estructuras sociales; engendró contradicciones que resquebrajaron la tradicional constitución de la alianza entre burguesías y terratenientes; y en lo político significaron el agotamiento de las formas tradicionales de dominación tanto locales como nacionales. En este sentido la década de los años sesenta entraña la existencia de una coyuntura de transici6n en un doble sentido: por una parte en ella se marcan todos los límites de la antigua sociedad oligárquica ecuator iana que habrían llevado a su mayor grado de maduración; y por otro, ella revela la crisis de un proceso más profundo de acumulaci6n en base a la exportación bananera que había recibido el auspicio estatal del Gobierno de Galo Plaza Lasso desde 1948.”